¿Quienes somos? 

 

 

Alfajores Cabañas Blancas es un negocio familiar, que se formó a raíz de una necesidad durante la pandemia del 2020, en la ciudad de Olavarría. En ese entonces la idea de hacer algo  que nos apasionaba se volvió una posibilidad y ahora en 2024 ya estamos llegando a diferentes lugares. Somos amantes de la gastronomía y las cosas sencillas, como los pequeños momentos y por eso disfrutamos el ritual que se genera al sentarse a desgustar cualquier alfajor.

Durante un largo tiempo, hemos ido mejorando las recetas y después de muchos intentos hemos encontrado lo que queríamos.



Nuestros secretos



Sabemos, y es de público conocimiento que los secretos no se cuentan, pero  les diremos los nuestros, o al menos algunos: para obtener nuestros especiales sabores, tenemos dos que predominan, sin lugar a dudas, el primero es trabajar con mucho amor y dedicación en cada una de nuestras preparaciones y el segundo es utilizar la mejor materia prima y mantenerla en el tiempo,  a pesar de las dificultades que se nos  presentan y prometemos que eso nunca cambiará. Soñamos con llegar a todos los lugares donde haya alguien queriendo probar un rico alfajor. 

Porque como siempre decimos: la vida sin dulce sería como la primavera sin mariposas.




Historia del alfajor.




La palabra “Alfajor” proviene del árabe “Al- Hasú”, cuyo significado es “El relleno” y tradicionalmente consistía en una base de pasta de almendras, nueces y miel. Luego fue introducido en España cuando los Árabes invadieron la península Ibérica y por cientos de años de influencia Árabe la cultura Española los adopta junto con otras preparaciones y recetas típicas. Con las inmigraciones Españolas a Argentina el “Al- Hasú” se comenzó a encontrar en algunas casas pasteleras pero sin mucha demanda mas que aquellos Españoles que recientemente llegados estaban acostumbrados a esa pieza pastelera. Hasta ese momento el Alfajor o también llamado Tableta era rectangular y su forma redonda que le dio su grandeza y fama fue aportada por el químico francés Augusto Chammás. Chammás llegó a Argentina en el año 1840 y en el año 1869 inauguró junto a su esposa una pequeña fábrica dedicada a la confección de dulces y confituras.

Desde entonces el concepto creció hasta adquirir la magnitud que conocemos hoy. El Alfajor está presente en todos los kioscos ,almacenes y casas de pastelería, en la mano de cientos de vendedores ambulantes, en ferias, cumpleaños y eventos de todo tipo. Hay de muchas preparaciones y tamaños diferentes, doble, triple, utilizando los ingredientes de la zona geográfica donde se realiza, aportando un valor cultural y un significado emocional inigualable. Cada pueblo tiene su fábrica de Alfajores que es orgullo de sus vecinos. Y cuando el Argentino emigra es sin duda una de las razones de sus primeras lágrimas fuera de esta tierra. En cada una de las fábricas de nuestra golosina más popular la creatividad está al día de la fecha entregando sabores y combinaciones únicas que recorren cientos de kilómetros hasta llegar a la boca de aquel afortunado que recibe esa cajita especial de la mano de sus seres queridos.